viernes, 31 de agosto de 2007

Portela de Louzara (Samos)

En Portela, pasé este año, pocos pero intensos días de descanso en este mes de agosto de 2007, que termina hoy y que quiero compartir con vosotros a mi manera.

Es una aldea preciosa y casi abandonada en las montañas de Louzara; tiene pocos vecinos, una ermita, una fuente, una vieja escuela, y una docena de casas de piedra, una de ellas perteneció a mis antepasados y fue construida en el siglo XVII, se conserva todavía con el mismo nombre "Casa de Gonzalgo".

Yo realmente del origen de esta aldea se bien poco, según cuentan los mayores del lugar y por información oral transmitida de una generación a otra, los primeros pobladores de Portela, fueron pastores de la Casa de Altamira, en Gundriz, de la que hoy solo quedan sus ruinas.

Al parecer, aquellas mujeres y hombres que, en busca de pastos para sus rebaños, se desplazaban diariamente a la montaña, construyeron junto a una fuente sus primeras cabañas para guardar sus ganados durante el verano, posteriormente construyeron sus casas y se quedaron a vivir definitivamente todo el año en la montaña.


Podéis imaginar igual que yo, cuanta historia desconocida albergan dentro de sus gruesos muros de piedra esas viejas casonas grandes construidas hace siglos; al levantar la mirada a los tejados de madera carcomida y pizarra, es como si el ayer no estuviese tan lejano, porque además, cada utensilio de la casa, cada viejo y desvencijado apero de labranza, me traía un modo de vivir, una cultura, un sentir.


Recree mi espíritu contemplando mi entorno: valles, montañas, riachuelos, robles, abedules, nogales, fresnos y castaños, muchos de ellos árboles centenarios.

Caminé por senderos abandonados, dejandome embriagar con la fragancia del tomillo que pisaba al pasar, respiré hondo y una brisa fresca llenó mis pulmones, pude evocar al instante recuerdos y añoranzas de mi infancia, mi querida tierra gallega, lugar de embrujo, de encanto y tierra que me vio nacer.


Atrás quedaron los preparativos del viaje, los entrañables encuentros con familiares, amigos y conocidos, la misa en la pequeña ermita, la procesión y la fiesta el día 10 de agosto en honor a San Lorenzo patrón de Portela.


Ya de regreso en la gran ciudad, otro sentir y muchos siglos de diferencia, Palacios, Jardines, Fuentes, majestuosos edificios que dan sombra a las calles de Alcalá, la Gran Vía, Plaza España y tantas otras de Madrid, ciudad transformada por el progreso, ruido, prisas, atascos, soledad, contaminación, viviendas como jaulas, y desde luego, mirado así, el marco de vida que nos rodea es angustioso y este entorno desde luego no puede producir ni paz ni reposo.


Sin embargo, lo cierto es que también nos encontramos con una ciudad dinámica, despierta y atractiva en todos los sentidos.

Por ello, y por regresar con las pilas cargadas todo será más fácil este otoño-invierno.

Carmen Marcos Núñez.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se me ponen pelos pelos de punta , me siento tan orgullasa de este pueblo.. con sus gentes, con su paz....Tengo la necesidad de perderme entre sus calles, en sus montes.. lo llevo siempre dentro en sus montes es que lo llevo siempre dentro de mi corazon.
Y gracias a portela...
soy quien y como soy..

Estudio Jurídico Marcos dijo...

Emi, besitos y mi recuerdo a toda tu gente, nos veremos pronto en Portela, en la fiesta a San Lorenzo.............

Carmen Marcos