lunes, 28 de julio de 2008

Obras en elementos comunes



Un amigo que está de vacaciones me dejó el encargo de velar el riego de las plantas de su terraza, hoy lunes a primera hora me acerqué a su casa a echar una miradita y recoger la correspondencia, hasta aquí todo bien, la impresión fue al abrir el balcón y darme de narices con dos potentes aparatos de aire acondicionado instalados en la Finca colindante en la fachada ciega medianera con la Finca de mi amigo, y sus correspondientes accesorios de cables y agujeros, además de una ventana que antes no estaba.


En esta época del año es habitual que algunos comuneros aprovechen mientras sus vecinos están veraneando, para hacer rehabilitaciones en sus viviendas cuyas obras pueden afectar a elementos comunes de inmuebles, o bien a otros inmuebles colindantes; ya sean fachadas, medianerías, balcones, patios, realizando actuaciones tales como, abrir huecos y colocar ventanas, armarios, chimeneas, hacer agujeros e instalar aparatos de aire acondicionado, calderas y demás, causando con ello graves molestias y perjuicios a las Comunidades,


Cuando esto ocurra el Presidente, o bien el Administrador en su nombre debe proceder de inmediato a enviar burofax, al copropietario que realizó tales alteraciones de elementos comunes, solicitando en correos certificado de texto y acuse de recibo del mismo, (con objeto de preparar la prueba, por si fuese necesario más tarde instar procedimiento judicial).

Se deberá requerir al copropietario que realizó la obra sin consentimiento de la Comunidad, a fin de que proceda a retirar del balcón, el aparato de aire acondicionado colocado sin autorización de la Junta y reponga a su estado primitivo la fachada del patio interior, tapando los muros rotos etc, por poner un ejemplo.

Comunicándole que de no hacerlo voluntariamente, la Comunidad, iniciará las acciones legales oportunas.

Claro, que lo más probable es que no haga ni caso, en ese caso el Presidente deberá convocar reunión extraordinaria de Comunidad al efecto, bebiendo constar en el orden del día el punto concreto y los acuerdos a adoptar, que será instar procedimiento judicial en defensa de los intereses de la Comunidad.

En la mayoría de estos casos actuar con premura es fundamental, de otro modo aunque las obras no estén autorizadas, si estando a la vista de todos y de hecho se permiten durante un tiempo prolongado, de alguna forma se puede considera un consentimiento tácito, siendo más complicado a posteriori recuperar las zonas comunes afectadas por las obras.


Posiblemente utilizando el sentido común, el comunero que se extralimitó en su derecho, al ver la clara voluntad del resto de los copropietarios "La Comunidad"de no permitir el menoscabo de sus derechos, ni molestias o perjuicios, haría bien en de marcha atrás y puede que reponga los elementos comunes a su estado original, sin necesidad de ir a Juicio.



Carmen Marcos Núñez

domingo, 27 de julio de 2008

Vacaciones


“Vacaciones”. Es tema casi obligado tanto en los centros de trabajo, en los medios de comunicación, como en cualquier reunión social y, ni la grave crisis económica, ni el crecimiento de la inseguridad ciudadana del país, ni la crisis financiera mundial le quitan protagonismo.

Este merecido descanso que llevamos meses preparando puede convertirse en una pesadilla si no somos más prudentes y tolerantes que de costumbre.

Otro año más se nos presenta una ocasión especial para escucharnos, para estrechar lazos ya sea familiares o de amistad, y con el entorno. Mantengamos una actitud positiva ante este corto periodo estival, sin desperdiciar el recurso más valioso que tenemos, “el tiempo”, bueno y el dinero, que no están los tiempos para malgastarlo.

Interesa tomar las precauciones necesarias para proteger nuestras propiedades y pertenencias, pues tanto en la playa como en la ciudad, los amigos de lo ajeno, intentarán hacer su agosto, sobre todo en esta época del año.
En las grandes ciudades, donde los edificios se quedan prácticamente deshabitados en el mes de agosto, cada vez son más frecuentes los robos en viviendas.

Quizás sería un buen planteamiento dar menos publicidad a nuestras vacaciones, las de nuestra familia y amigos, sobre todo con los datos de partida, regreso y destino. La gran mayoría lo pregonamos a los cuatro vientos, pensad en ello; aquella frase que decía: “quien evita la ocasión evita el peligro”.

En cualquier caso si aún después de todas las precauciones al regresar al hogar, alguno tenemos la mala suerte de encontrar el estropicio en casa, no deberemos tocar nada para no borrar huellas y llamar cuanto antes a la policía, luego tendremos que poner la correspondiente denuncia, avisar al seguro si lo tenemos, comenzar el papeleo y demás.
Pero, muy importante, sobre todo no debemos cabrearnos, no sirve de nada.

Os deseo a todos los que por casualidad llegasteis leyendo hasta aquí un buen verano, y os digo un secreto, me faltan muy poquitos días para enfilar el camino hacia “GALICIA TERRA MEIGA”, prometo beber por todos un buen trago del mágico brebaje típico de mi tierra que se llama “QUEIMADA” sin olvidarme antes de recitar el conjuro en gallego.


Carmen Marcos Núñez

jueves, 17 de julio de 2008

20 años no es nada


“Volver con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien.
Sentir que 20 años no es nada, que febril la mirada, errante en las sombras te busca y te nombra.......
Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez”. ........

Algo parecido decía la letrita del tango que inspira esta crónica que voy a escribir hoy desde la calle Montera de Madrid.

Hace más de 20 años, había llegado a Madrid con mi familia, realizábamos las compras de ropa y calzado en unos Almacenes situados justo en la calle donde ahora me encuentro, en la calle Montera (Saldos Arias) que fueron arrasados por un incendio por el año 1987.

Creo recordar que sepultó a 10 bomberos del Ayuntamiento de Madrid, para ellos mi recuerdo. El Alcalde de nuestra ciudad en aquella época era Don Juan Barranco.

Desde aquella tragedia, no había vuelto a pasar por esta calle, pues una vez destruidos los almacenes, ya no teníamos a que ir y el tiempo transcurre tan deprisa que apenas nos damos cuenta, pasaron así más de 20 años.

Por aquel entonces en los portales de los edificios de la citada calle estaban pelando la pava como se decía en mi tierra, unas pobres señoras entradas en años y de mirada triste, que tenían a mi modo de ver muy mal gusto en el vestir, pues sus piernas eran algo feas y llevaban faldas y vestidos demasiado cortos para su edad.


Hoy no estoy en esta calle que me trae el triste recuerdo del humo negro del trágico incendio, para ver el paisaje, sino para hacer un favor a una amiga nacida en Río de Janeiro nacionalizada española y con residencia en Alicante, que desea contraer matrimonio y necesita solicitar el certificado de nacimiento, documento que al parecer, sólo en el Registro Civil Central sito en la calle Montera nº 18 se puede solicitar y recoger. Aprovecharé para tomar estos apuntes que más tarde llevaré a mi blog, mientras hago tiempo hasta que toque mi turno.

Deciros que fue toda una experiencia llegar hasta aquí, pues cual fue mi sorpresa cuando ayer a media mañana me acerqué a éste lugar, divisando desde lejos una inmensa cola de personas.
Después de solicitar información a los vigilantes de seguridad, que casi me perdonan la vida por preguntarles y decirme con desprecio que dan 150 números y estos ya se habían repartido y si quiero saber más que pregunte a la gente de la cola.

Visto el panorama decido poner el despertador y acudir esta mañana a dar trámite al encargo de mi amiga, no eran ni las siete, cuando llegué a la calle Gran Vía esquina con Montera y mis ojos no podían dar crédito a lo que estaba viendo, que pibones, como dirían los amigos de mis hijos, que juventud, que ropa, que cuerpos, que mujeres exóticas con miradas desafiantes y atrevidas, que jolgorio tenían montado en plena calle, nada que ver con las pobres señoras que hace 20 años ocupaban esos lugares, me quedé ojiplática e indignada a la vez.


Me habían dicho que la calle Montera se había recuperado ,que estaba limpia; pero la realidad es bien distinta, está sucísima, llena de obras y totalmente tomada por prostitutas.


Debo decir que la organización de trabajo del Registro Civil Central, de la calle Montera, debería ser revisada por quien corresponda e igualmente el trato que dispensan algunas vigilantes de seguridad a los ciudadanos usuarios de ese servicio, debería ser corregido.


El resultado de la organización actual, perjudica primero a los ciudadanos que tienen que estar tirados en la calle cada día desde la madrugada para poder realizar su solicitud de documentos.

Además deteriora gravemente el sistema productivo de nuestro país, ya que a mi modo de ver, esta pérdida de horas de trabajo genera sin duda al año una baja producción y por tanto impide crear riqueza.


Carmen Marcos Nuñez