lunes, 29 de octubre de 2007

Cova de Gallego

Tanto en la zona de Louzara como de O Courel existen muchas cuevas que posiblemente se encuentren ocultas entre la maleza en los distintos montes y devesas, la mayoría de ellas antiguamente se utilizaron como refugio de pastores y cazadores para protegerse del frío, la lluvia y la nieve, incluso dentro de ellas encendían lumbre para calentarse, además, y poniendo un punto de picardía, seguramente que también fueron testigos mudos de la pasión de muchas parejas que ocultas bajo sus sombras dieron rienda suelta a los pequeños placeres de la vida, o por lo menos es bien fácil imaginar que pudo ser así.


Esta tarde por casualidad, en la Red encontré cosas sobre la Cueva de Santalla de Louzara y muchas más cosas sobre las maravillosas Rutas de O Courel así como de sus preciosas aldeas.


Sin embargo, nada se dice o yo no lo vi, que en el termino de O Courel, situada entre las aldeas de Miraz y Villasibil, junto al llamado "Arroyo de Redespin", se encuentra una cueva al parecer muy grande y muy honda, que llaman, "Cova de Gallego", y que según contaban cuando yo era chica las gentes del lugar, fue utilizada para cometer crímenes atroces, y al fondo de la misma fueron arrojadas varias personas unas vivas y otras muertas, sin que sus cuerpos hayan sido rescatados.


En mi juventud cuando iba camino de Villasibil a recoger castañas, pasaba muy cerca de esa cueva, que por supuesto en aquella época estaba tapada con unas vigas de madera para evitar que alguien se fuera al fondo ya que decían que era tan honda que la muerte era segura tanto de personas como de animales que se cayeran dentro, al pasar cerca, siempre sentí un escalofrío de miedo y terror recordando el tremendo dolor de aquellos seres humanos que fueron arrojados al fondo de sus entrañas.


Contaban los mayores, que a esa cueva tiraron a mucha gente, decían ellos, y recuerdo como narraban el enterramiento en vida de un hombre de la aldea de Paderne, y como un vecino de Miraz se pudo esconder en una cabaña cercana y vio como ultrajaban a la víctima durante el camino, como él pobre se agarraba con fuerza a las vigas de la entrada de la cueva, y sin piedad le golpeaban con el fusil hasta destrozarle manos y pies y arrojarle al fondo de la misma.


Mi reflexión es que aunque te mueras, siempre estarás vivo mientras alguien te recuerde, pues bien, en estas fechas, en las ciudades y pueblos de España los cementerios se llenan de flores y todos acuden a recordar a los suyos, mi recuerdo de hoy es para todos aquellos que en la Cova de Gallego de Miraz tienen su tumba y en donde permanecen sus restos.

Carmen Marcos Nuñez