jueves, 17 de julio de 2008

20 años no es nada


“Volver con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien.
Sentir que 20 años no es nada, que febril la mirada, errante en las sombras te busca y te nombra.......
Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez”. ........

Algo parecido decía la letrita del tango que inspira esta crónica que voy a escribir hoy desde la calle Montera de Madrid.

Hace más de 20 años, había llegado a Madrid con mi familia, realizábamos las compras de ropa y calzado en unos Almacenes situados justo en la calle donde ahora me encuentro, en la calle Montera (Saldos Arias) que fueron arrasados por un incendio por el año 1987.

Creo recordar que sepultó a 10 bomberos del Ayuntamiento de Madrid, para ellos mi recuerdo. El Alcalde de nuestra ciudad en aquella época era Don Juan Barranco.

Desde aquella tragedia, no había vuelto a pasar por esta calle, pues una vez destruidos los almacenes, ya no teníamos a que ir y el tiempo transcurre tan deprisa que apenas nos damos cuenta, pasaron así más de 20 años.

Por aquel entonces en los portales de los edificios de la citada calle estaban pelando la pava como se decía en mi tierra, unas pobres señoras entradas en años y de mirada triste, que tenían a mi modo de ver muy mal gusto en el vestir, pues sus piernas eran algo feas y llevaban faldas y vestidos demasiado cortos para su edad.


Hoy no estoy en esta calle que me trae el triste recuerdo del humo negro del trágico incendio, para ver el paisaje, sino para hacer un favor a una amiga nacida en Río de Janeiro nacionalizada española y con residencia en Alicante, que desea contraer matrimonio y necesita solicitar el certificado de nacimiento, documento que al parecer, sólo en el Registro Civil Central sito en la calle Montera nº 18 se puede solicitar y recoger. Aprovecharé para tomar estos apuntes que más tarde llevaré a mi blog, mientras hago tiempo hasta que toque mi turno.

Deciros que fue toda una experiencia llegar hasta aquí, pues cual fue mi sorpresa cuando ayer a media mañana me acerqué a éste lugar, divisando desde lejos una inmensa cola de personas.
Después de solicitar información a los vigilantes de seguridad, que casi me perdonan la vida por preguntarles y decirme con desprecio que dan 150 números y estos ya se habían repartido y si quiero saber más que pregunte a la gente de la cola.

Visto el panorama decido poner el despertador y acudir esta mañana a dar trámite al encargo de mi amiga, no eran ni las siete, cuando llegué a la calle Gran Vía esquina con Montera y mis ojos no podían dar crédito a lo que estaba viendo, que pibones, como dirían los amigos de mis hijos, que juventud, que ropa, que cuerpos, que mujeres exóticas con miradas desafiantes y atrevidas, que jolgorio tenían montado en plena calle, nada que ver con las pobres señoras que hace 20 años ocupaban esos lugares, me quedé ojiplática e indignada a la vez.


Me habían dicho que la calle Montera se había recuperado ,que estaba limpia; pero la realidad es bien distinta, está sucísima, llena de obras y totalmente tomada por prostitutas.


Debo decir que la organización de trabajo del Registro Civil Central, de la calle Montera, debería ser revisada por quien corresponda e igualmente el trato que dispensan algunas vigilantes de seguridad a los ciudadanos usuarios de ese servicio, debería ser corregido.


El resultado de la organización actual, perjudica primero a los ciudadanos que tienen que estar tirados en la calle cada día desde la madrugada para poder realizar su solicitud de documentos.

Además deteriora gravemente el sistema productivo de nuestro país, ya que a mi modo de ver, esta pérdida de horas de trabajo genera sin duda al año una baja producción y por tanto impide crear riqueza.


Carmen Marcos Nuñez





No hay comentarios: