domingo, 24 de agosto de 2008

Feira en: " A Ponte de Lóuzara, agosto 2008"



Hace justo una semana, el pasado domingo día de 17 de este mes de agosto de 2008, se celebraba después de casi 30 años, la Primera Feria de Artesanía y Productos Naturales en A Ponte de Lóuzara, del termino municipal de Samos.

Un evento a mi modo de ver más social que otra cosa, nada que ver con el papel económico de aquellas ferias que se celebraban en A Ponte de Lóuzara los días 17 de cada mes durante todo el año y a las que acudían andando o a caballo, los vecinos de las aldeas de la comarca de Lóuzara y limítrofes, para comercializar sus productos.

Hoy voy a escribir algo sobre los habitantes que a lo largo del pasado siglo vivieron en el Valle de Lóuzara a base del duro trabajo en el campo, cubriendo sus necesidades básicas de consumo, con el cultivo y fabricación de sus propios productos, tanto lo necesario para la alimentación, como calzado, vestido, y sanidad. Digo sanidad porque curaban con remedios caseros y productos naturales sus dolencias.

Por ejemplo contra el dolor de la menstruación se utilizaba tortilla de perejil y vino caliente, los enfriamientos y gripes se curaban con leche muy caliente y un buen chorro de aguardiente, la miel era curativa para casi todo y había en el campo y utilizaban muchas plantas medicinales que conocían los mayores del lugar tanto para cicatrizar heridas, cortar hemorragias o fortalecer la virilidad y la fertilidad.

Para quitar las verrugas se cocía una planta llamada Chaveira que solo se encontraba en terrenos calizos, con el agua de la cocción se lavaban las verrugas varias veces y estas desaparecían en unos días.

El agua de manzanilla daba un tono rojizo al cabello, y junto al oregano y el tomillo se utilizaba en infusiones, el laurel además de servir para poner a la carne, se llevaba en ramas a los campos una vez vendito, despues del domingo de ramos, para proteger las cosechas.

Los pobladores del fértil Valle de Lóuzara durante años, cultivaban la tierra y producían para su abastecimiento sobre todo centeno, trigo, cebada, maíz, lino, patatas, nabos, remolacha, berzas y demás productos de huerta, también castañas, nueces, manzanas, higos, ciruelas, cerezas, moras, arándanos.

De ganado criaban vacas, cabras, ovejas, caballos, perros, palomas, cerdos y gallinas, de las que obtenían carne, leche, huevos y demás.

La caza era abundante en conejos, liebres y perdices, no se necesitaba tener escopeta o ser cazador, era suficiente tener ingenio y colocar unas trampas para llevar alguna pieza a la cazuela, bueno y si tenías un hurón podías llenar un saco de conejos en unos minutos.

También había zorros, cuya piel era muy valorada y lobos, pero estos no se comían, daban susto a los viajantes nocturnos y alguna vez atacaban algún rebaño de ovejas causando bajas en el ganado y dejando mudo al pastor.

Trabajaban la madera, la piedra y el hierro, tanto para construir sus propias casas, como los aperos de labranza tales como carros, yugos, arados, tríllos, palas, azadas, quenzos, angazos, cestos, telares, husos, ruecas, zuecos y hasta cajas mortuorias.

Os imagináis probándoos vuestro propio ataúd?, siendo niña, recuerdo como los mayores de mi aldea que estaban en lista de espera con el más allá, lo hacían con la mayor naturalidad y con criterio previsor.

Pero en Louzara y alrededores, además de labrar la tierra y criar ganado, había hombres y mujeres expertos en cada uno de los oficios, de tal modo que entre los hombres había: muiñeiros, louseiros, canteiros, carpinteiros, ferradores, ferreiros, zoqueiros, cesteritos, albardeiros, afiladores, sangradores-saladores, chatarreiros, manciñeiros, curandeiros, sancristan, enterradores, también gaiteiros y seguro que olvido algún oficio más.

Otros eran oficios de mujeres, tales como: matronas, (los niños nacian en las casas), costureras, tecedeiras, fiandeiras, pero las mujeres, además del arreglo de la casa, del trabajo del campo, de atender a todos los niños, hombres y ancianos en cada casa, debían cocinar, lavar, remendar, hilar la lana y tejer prendas de abrigo, colchas, mandiles, calcetines, cuidar los animales, ordeñaban vacas y ovejas asistiéndolas en sus partos, hacían queso, mantequilla, chorizos, morcillas, castraban las abejas, hacían el pan, la empanada, caldo, dulces y mil cosas más, pero además tenían que ser esposas, amantes y madres.

Tarea complicada, si además añadimos que en la mayoría de los casos tenían que convivir en la misma casa tres generaciones, una situación complicada y creo que entre otros factores determinantes, ayudó a que las aldeas de Lóuzara se fueran quedando vacías, la gente joven necesita y busca su espacio. La sociedad, debería concienciarse y buscar la formula para que el medio rural sea más valorado y productivo y los jóvenes tengan el lugar que se merecen.

Ahora es agosto, las aldeas de Louzara vuelven a estar llenas de hombres, mujeres y niños, la mayoría gente nacida aquí que emigró a otros lugares y que vienen a pasar unos días de sus vacaciones a la tierra, junto a los suyos que aún aguantan en el campo. Algunos ya estamos preparando el regreso a la ciudad, este año volvemos contentos y tristes a la vez.

Contentos de lo bien que lo pasamos aquí en el Valle de Lóuzara en fiestas y Ferias entre familia, amigos y paisanos con los que nos sentimos muy a gusto compartiendo sentimientos.

Tristes, porque éste mes de agosto de 2008 fue trágico en Barajas, parece que todo se repite en Madrid, mi recuerdo en estos días para las familias que perdieron seres queridos.

Desde aquí también mi felicitación a todos los que participaron tanto en la organización como en la colaboración de “A Feira de A Ponte de Lóuzara”, valorar sobre todo que dispusieran de un lugar donde aparcar ordenadamente los coches, de amenizar durante todo el día con gaitas y música variada de nuestra gente y nuestra tierra, felicitar a los interpretes de la obra de Teatro, “O VELLO MUIÑO” que a pesar de la falta de medios de sonido y tener que desgañitarse para dejarse oír entre el murmullo de la gente, actuaron fantásticamente.
Igualmente felicitar y animar a todos los artesanos de la zona que acudieron con sus productos para deleite de los asistentes, así como las demostraciones tanto en labrado y tallado de madera, o de como se realiza una prenda de lino o lana en un telar artesanal.

Original la degustación que nos ofrecieron a los asistentes del postre de queso y miel de la zona, realmente de un sabor delicioso.

El pulpo, el churrasco y los chorizos estaban buenos y el vino muy peleón, todo hay que decirlo, debido a la afluencia de gente el caldero de cocer el pulpo no daba más de si y los camareros estaban desbordados, pero al final todos pudimos comer algo.

Apuntar, que sería buen momento para empezar a pensar en construir en el campo de la Feria unos merenderos con bancos y mesas de piedra, donde nuestros mayores y niños puedan sentarse para el año que viene y echar con los amigos unas partidas de tute y mus, en el incomparable marco del campo entre centenarios castaños y junto al río de A Ponte de Lóuzara.
Carmen Marcos Nuñez

1 comentario:

Anónimo dijo...

tras muchas peleas la asociacion consiguio lo que durante muchos años los vecinos quisieron recuperar y no fueron capaces de acer. despues de esos 30 años como bien dice nuestra vecina Louzara recupera una fiesta que tanto sirve para mayores como para jovenes por eso tenemos q dar gracias por todo lo q unos pocos an conseguido para el beneficio y satisfacion de muchos